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Wednesday, May 24, 2017

Reseña de libro: Todos deberiamos ser femenistas


En la primera pagina de Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi Adichie nos cuenta de una experiencia que quizás nos recuerde a algunas de nosotras de algo similar que nos paso. Ella dice que a los catorce años, ella fue acusada de ser feminista. Como Adichie, yo también recuerdo de la primera vez que alguien se refirió a mi por esa misma palabra pero en un tono que parecía que me estaban diciendo los peores insultos. Y la razón porque yo digo que ella fue acusada es que la gente no tenia mucho animo en admitir que eran feministas. Era algo que solo lo admitías en secreto, ya después de estar segura que la persona a quien se lo estabas admitiendo no te iba a juzgar. El feminismo a veces se consideraba algo radical. Cuando alguien decía que era un feminista, la imagen que muchos imaginaban era de una mujer descontrolada, parada arriba de una montaña de cadáveres de hombres, con las axilas sin rasurar y volando un brassier en llamas.


Ahora, en el 2017, cuando oímos la palabra feminista, pensamos en Michelle Obama y marchas de mujeres y cantantes como Belinda y Ariana Grande. La gente ya no lo esconde ni lo dice en voz baja. Ya lo gritamos, lo twiteamos en letras mayúsculas: YO SOY FEMINISTA.

En la composición de Adichie, ella provee ejemplos personales y honestos del sexismo descarado que ella y sus amigas y colegas han tenido, de lo inocuo a lo horroroso, y le pide al mundo que intentemos de superar las parcialidades del genero. No sera un proyecto fácil. Ella nos contó de su propia lucha interna: "Yo estoy intentando de desaprender las muchas lecciones de genero que yo he interiorizado mientras que crecía. Pero yo también todavía me siento vulnerable frente de las expectativas de genero."

Las expectativas de genero que ella menciona,  las cuales empiezan de la infancia y Adichie señala que el problema de desigualdad del genero empieza con las diferencias en como crían a los niños y como crían a las niñas. A las niñas nos enseñan de chiquitas que tenemos que ser parejas adecuadas para el matrimonio. Nos dicen que tenemos que ser bonitas, tranquilas, pacientes y modestas, que no podemos gritar ni enojarnos ni hacerle competencia a los niños; sin que nos digan que no nos estamos portando como una señorita. Y a los niños los ponemos en  jaulas de masculinidad que los tienen atrapados por el resto de sus vidas, quitandoles el derecho de expresar sus sentimientos. Adichie ruega, "Tenemos que cambiar como creamos a nuestras hijas. También tenemos que cambiar como creamos a nuestros hijos."

Realmente creo que todos deberían leer este libro, de cualquier edad o genero. Si nunca has leído sobre el sujeto de feminismo, que no te intimide, considera eso como una introducción a la igualdad del genero, una respuesta a la pregunta: "Bueno, entonces porque no nos podemos decir que somos iguales o humanistas?" Adichie es elocuente y considerada, y su retorica se oye como la de una amiga con la que hablas de todo mientras que salen a comer. Este no es un libro pequeño que suena como un profesor dando una lección de historia que te va a poner a roncar. Gracias a esto, Adichie nos recuerda que el feminismo no es una palabra mala que provoca que te  imagines  gente quemando brassieres pero una cuestión que debería ser abordada. Y cuando lo hagamos nosotros podamos vivir en un "mundo de hombres y mujeres mas felices, que son mas auténticos con si mismos."
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1 comment

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